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MI EMBARAZO GEMELAR. Todo lo que debes saber sobre un embarazo múltiple

Tengo la gran fortuna de haber vivido un embarazo de un solo un bebé y también haber pasado por la experiencia de un embarazo gemelar. Así que os puedo contar un poco las diferencias entre ambos embarazos y detallaros qué podéis esperar si os acabáis de enterar de que estáis embarazadas de gemelos (o mellizos). Un embarazo gemelar es algo increíble.

Para empezar, cuando a una le dan la noticia de que vienen dos bebés suele haber un período que comienza con el shock, que puede durar varios días y que se exagera cuando se empieza a compartir la noticia con familiares y amigos (cuando ves sus expresiones bajas a la Tierra y te hacen ver lo que te va a cambiar la vida en sentido práctico). Tras el shock (que puede durar varios días o semanas) viene la asimilación de la noticia; empiezas a pensar cómo serán, cómo irá todo, cómo llevarás el embarazo, qué necesitarás adquirir, cómo te organizarás... y preocupaciones varias que dependen de la mujer en cuestión.

Además del apartado psicológico que obviamente depende de la situación familiar y personal; voy a hablaros de cuestiones generales que se me presentaron en mi embarazo gemelar y que es muy posible que viváis vosotras, espero no olvidarme de nada importante :)

Desde la semana 9 aproximadamente tuve mal cuerpo, fatiga, vómitos y agotamiento. Esto no me había ocurrido con mi anterior embarazo y se prolongó hasta la semana 20 más o menos. Después pasé a sentirme pesada pero, por suerte, los vómitos y la sensación de estar muy enferma terminaron, aunque los ardores aumentaron y el cansancio físico nunca desapareció.

En cuanto al seguimiento del embarazo gemelar, en la sanidad pública la primera ecografía la hacían a las 12 semanas por lo que no pudieron ver claramente si lo que esperaba eran gemelos (comparten placenta, son idénticos) o mellizos (distintas placentas, no son iguales).

En estos embarazos cuanto más avanzado está el embarazo, más difícil es identificar si los bebés están en la misma placenta y en la misma bolsa. Por lo que, ante la duda, lo consideraron de alto riesgo ya que existía la posibilidad de que fueran gemelos, que era el caso más "arriesgado" de entre las dos opciones que veían posibles en mi caso. Tenéis que saber que cuanto más compartan los bebés dentro de la barriga, más arriesgado se considera el embarazo.

Cuando el embarazo se considera de alto riesgo se le hace más seguimiento y eso significa más visitas al hospital, más pruebas y más ecos. Se controla sobre todo que no se produzca el síndrome de transfusión feto fetal (STFF) que se da cuando un bebé "roba" sangre al otro siendo muy peligroso para ambos. Por definición, esto solo podría pasar cuando los bebés comparten placenta (son gemelos) pero a mí me sucedió al final del embarazo gemelar siendo mis hijas mellizas (había dos placentas pero parece ser que se unieron por vasos sanguíneos durante las últimas semanas de embarazo, un caso muy peculiar).

También se controla que ambos fetos vayan creciendo de forma más o menos pareja, que se estén desarrollando todos sus órganos correctamente etc. y, por supuesto, cuanto más avanzado está el embarazo; más complicado es verificar que todo esté bien ya que los bebés son mas grandes y sus partes se ven muy mezcladas en el ecógrafo. 

Otro aspecto distinto en un embarazo gemelar es que la tensión de la mamá puede ser más alta o más baja de lo normal, que el azúcar es más posible que suba, que la circulación de la sangre puede ser más compleja... es decir, los típicos síntomas de un embarazo de un bebé pero un poco más exagerados, por decirlo de forma sencilla.

La barriga, evidentemente será de mayor tamaño y esto es algo que agobia un poco porque la movilidad se reduce y las últimas semanas hay gran presión en la pelvis y los movimientos que antes parecían naturales pueden parecernos complejos en esos momentos (la postura al dormir, cortarnos las uñas de los pies...).

El movimiento de los bebés también se nota mucho menos conforme avanza el embarazo ya que ellos mismos tienen poco espacio para moverse dentro de la barriga y el líquido amniótico también puede verse afectado, esta es otra de las circunstancias que se vigilan especialmente durante el seguimiento en el Hospital.

Algo que preocupa a toda embarazada es el momento del parto y en un embarazo gemelar más. Solemos idealizar el parto, todas tenemos claro el parto que nos gustaría vivir y cuando esperamos dos bebés podemos empezar a preocuparnos porque hay muchas posibilidades de que el parto no sea el deseado por nosotras. 

En el momento en que yo di a luz se había estipulado de forma general que un embarazo gemelar no debía pasar de la semana 37 ya que a partir de esta semana es casi imposible garantizar que los fetos estén bien dentro de la barriga. Por ello, se provoca el parto antes de llegar a esta semana.

En mi caso pedí esperar hasta el último momento, y el día que cumplía la semana 37+5 me lo provocaron. Este es un hecho de vital importancia en mi embarazo gemelar por varios motivos. Te lo cuento:

Mi primer embarazo había sido parto natural, vaginal, producido de forma espontánea y sin mucha intervención. Yo soy una persona a la que le gusta que las cosas pasen de la forma más natural posible y mi pensamiento es que la naturaleza es sabia y que si no se desencadena un parto es porque no es el momento. Tuve la opción de insistir a mi obstetra para que apurara el plazo lo máximo posible y es por ello que pusimos la fecha prácticamente en la semana 38. Insistí en esperar un poco más por si el parto se desarrollaba solo pero fue él quién me explicó los riesgos que conllevaba eso y el que me convenció de provocarlo sin esperar más. Gracias a él no esperé más y menos mal porque un día más de espera hubiese sentenciado a muerte de, al menos, una de las mellizas.

Como expliqué antes, a partir de cierto tamaño de la barriga y de los fetos es casi imposible asegurar que los bebés están bien y es por este motivo por el que no se vio que mi primera melliza estaba quedándose sin alimento y sin sangre por el famoso síndrome de transfusión feto fetal que comenté. 

Mis consejos son muy básicos pero importantes: descansar todo lo que se pueda, hidratarse mucho por dentro (agua agua y mas agua), comenzar a usar cremas y aceites hidratantes desde que se conoce la noticia del embarazo, caminar cada día, no abusar del dulce e intentar disfrutar cada momento porque puede hacerse pesado, puede parecer un período largo, pero todo llega y todo pasa y echaremos de menos sentir a nuestros gemelos dentro de nosotras.

Piensa que un embarazo gemelar se da en uno de cada 80 casos de embarazo, estar embarazada de gemelos es algo poco común, es algo único y precioso. Disfruta de ello todo lo que puedas, cuídate, mímate, y cuídalos desde el momento en que eres consciente de que existen, que son reales y que viven gracias a ti dentro de tu cuerpo que es su templo seguro y lleno de amor.

Ninguna sabemos el desenlace que tendrá nuestro embarazo gemelar pero pensemos que el tiempo en que viven dentro de nosotras nuestros bebés deben ser cuidados y amados sin miedos por el qué sucederá. Pasará lo que tenga que pasar y nos podemos poner a pensar en opciones negativas y tener miedo a disfrutar nuestros gemelos (mellizos) en nuestra barriga porque no sabemos si algo saldrá mal pero mi opinión es que pase lo que pase esos bebés existen ahora y merecen ser queridos, desde el momento cero en que son creados dentro nuestra.

¡¡Todo va a salir bien!! Disfruta tu embarazo gemelar. Después llegará la lactancia materna de gemelos, o la lactancia mixta de gemelos, o los biberones, y el no dormir, y cambiar pañales, … Eso si, hazte con anticipación con un buen cojín de lactancia gemelar (o almohada de lactancia gemelar) como los de Sonora baby (cojines de lactancia gemelar) que te ayudará mucho en tu día a día con los gemelos.

Puedes leer más sobre usar cojín de lactancia gemelar en el post Lactancia de gemelos: Cómo usar el cojín de lactancia gemelar.

 

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