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DIARIO DE MAMÁ: TARDES SOLA CON TRES HIJOS

Como muchas madres, me dedico al cuidado de mis hijos a tiempo completo y estoy sola con ellos (un niño de 4 años y dos mellizas) cada día.

Os voy a explicar cómo lo hago para no volverme del todo loca, cómo me organizo para que tanto ellos como yo estemos bien cada día y, a la vez, pueda hacer todas las obligaciones que conlleva una casa y una familia.

Yo me despierto cuando las mellizas me reclaman para tomar pecho (demasiado temprano en la mañana a mi parecer jeje), y a partir de ahí comienza nuestro día.

Comenzamos dándoles el pecho en mi cojín de lactancia gemelar, es un instrumento que recomiendo totalmente cuando tienes gemelos o mellizos, un básico. Con el cojín de lactancia gemelar me resulto todo un poco más sencillo, y ahorro tiempo con la lactancia en tándem. Incluso en la lactancia mixta para gemelos o mellizos puede ser una buena ayuda el cojín de lactancia gemelar, igual o más que en la lactancia exclusiva de gemelos o mellizos. Puedes encontrar los mejores cojines de lactancia gemelar en nuestra tienda online, Sonora baby.

Después toca cambiar pañales y las siento en las tronas, mientras preparo desayunos y adelanto el almuerzo de ese mismo día. Normalmente cocino los viernes por la tarde o los domingos y congelo las comidas principales de la semana, por lo que en un día entre semana solo tendría que sacar la comida del congelador o preparar algo rápido como algún cereal hervido (arroz, pasta, maíz, amaranto, mijo, espelta,...) o una ensalada completa.

Es en ese momento cuando despierto a mi hijo mayor y desayunamos todos (la avena la dejo en remojo la noche anterior y suele ser el desayuno de todos los días entre semana, junto con una pieza de fruta). 

Tras el desayuno, las mellizas siguen en las tronas con algún juguete mientras el grande y yo nos lavamos dientes y vestimos. Después visto a las peques y el grande va al cole.

Me queda entonces una "larga" mañana por delante, en el momento que las tres nos quedamos solas en casa son las 9 de la mañana y el almuerzo ya está listo.

Es ahí cuando dejo a las mellizas jugar libremente por la casa mientras yo hago tareas como airear las habitaciones, hacer las camas, recoger el salón y la cocina etc. (las peques me siguen en todo momento) y sobre las diez y media observo cómo están las niñas y, según como ellas estén, trabajo un poco o me quedo jugando con ellas. 

Os hablo de mi emprendimiento siendo madre en otro artículo del blog.

A las once y poco les doy algo de comida (fruta o pan normalmente) y las acuesto en su carro gemelar donde las mezo hasta que se duermen. Si les cuesta dormirse, o si tengo que hacer tareas fuera de casa, aprovecho para salir y ellas duermen, siempre más y mejor con el paseo en la calle.

Mientras duermen aprovecho para hacer media hora de deporte en casa y me ducho. Tras esto me extraigo leche para la noche y trabajo un poco más. Puedes ver un post sobre conservación de leche materna extraída en este mismo blog.

A la una del medio día les caliento su comida (que es la misma que comeré yo después) y se la ofrezco. A las dos y media como yo.

Juego con ellas o sigo con mis tareas de casa, de la calle (a veces sobre las tres voy a comprar, cuando no hay nadie en los supermercados) o de trabajo; hago una u otra cosa dependiendo de cómo estén ellas. 

A las cuatro se vuelven a dormir y yo me acuesto un rato, hasta que a las cuatro y media pasadas llega mi hijo mayor y le sirvo su merienda mientras tomo un café.

Las tardes son distintas dependiendo de las tareas por hacer. Muchas veces vamos a comprar, al parque, a la biblioteca, a tomar café con alguna amiga que tiene hijos también, a casa de alguna vecina, de cumple, a algún centro comercial, a algún evento para niños que organice el ayuntamiento o alguna asociación de la ciudad, en bici, etc.

Como veis, todos son actividades fuera de casa. Mis hijos están infinitamente mejor haciendo cosas fuera por lo que trato de sacarles durante dos horas aproximadamente y así hacer más llevadero el día, yo también estoy más entretenida fuera de casa con ellos. Rara es la tarde que nos quedamos a pasarla entera jugando en casa, aunque alguna tarde lo hacemos.

Durante este invierno el mayor de los hermanos ha estado yendo a Taekwondo y natación alguna tarde, lo cual también hacemos los cuatro juntos siempre.

Trato de estar a las siete en casa para comenzar las rutinas nocturnas que, si os soy sincera, son las que más me cuestan con diferencia.

Comienzo por los baños y luego hago la cena, saco crema de verduras que tengo congeladas desde el fin de semana y la acompaño con pescado a la plaza o tortilla francesa. 

Para los baños comienzo con mi hijo mayor, que se baña casi solo, y las mellizas y yo le acompañamos, ayudándole en lo que necesite. Después baño a las dos chiquitas a la vez dentro su bañerita, las saco de una en una cuando han acabado, para secarlas bien y vestirlas. 

Mientras cocino la cena (que es algo muy rápido), mis hijos suelen estar en la cocina conmigo, también en ese momento pongo una lavadora. Voy a ser totalmente clara con vosotras,  en estos momentos los niños suelen estar muy irascibles, cansados de todo el día y muy demandantes y yo, yo estoy más cansada aún que ellos. Suele ser la parte del día en que más me cuesta no perder los nervios con mi hijo mayor que suele estar molestando a las hermanas, saltando en el sofá, chillando, …

Cuando está la cena lista nos sentamos todos y comemos lo mas tranquilamente posible que el cansancio nos permite. La cena siempre es entre las ocho y ocho y media y luego toca lavado de cara, manos y dientes; cambio de pañales y recogida de mesa y tronas.

Sobre las nueve o nueve y media llevo a los tres al cuarto del mayor y les cuento un cuento, bueno se lo cuento al mayor mientras las pequeñas juegan libremente por la habitación del hermano, algo que parece encantarles.

La idea es estar dándoles el pecho a las diez, en el cojín de lactancia gemelar (o almohada de lactancia gemelar), y dormirlas en el carro gemelar a las doas a la vez, sobre las diez y media.

Si todo va bien, que por suerte suele ir bien (la incorporación de una rutina tan marcada parece que da sus frutos), a las once como muy tarde estoy recogiendo la cocina y sacando la lavadora que siempre pongo mientras hago la cena.

A las once y media me permito el lujo de sentarme a comerme un yogur (o dos) con almendras crudas o nueces mientras veo la tele o leo, o consulto las redes sociales.

A las doce preparo los biberones con la leche que me extraje en la mañana, a los que añado avena y los caliento en el microondas, me lavo los dientes y me voy a la cama pidiéndole a Dios que las niñas duerman de seguido por una vez, nunca me funciona jajajaja.

Sobre la una y media las mellizas me piden su biberón de leche materna extraída y vuelven a dormirse. Tras esto, la noche es totalmente imprevisible siendo lo más común que se despierten una media de tres veces en total y que vuelvan a despertarse entre las seis y las siete y media para la primera toma del día.

Después vuelve a empezar otro día más sin parar, sin que me de tiempo casi a pensar... Otro día, en general, feliz; porque yo decidí tener tres hijos, porque siempre fue mi sueño tenerlos y porque teniendo las edades que tienen mi vida es casi suya.

Esta es la realidad, son mi prioridad y me necesitan, es una etapa que no se puede definir como "fácil" y en la que es imprescindible pedir ayuda de vez en cuando para poder tener un poco de tiempo para una misma.

Los fines de semana son, obviamente, un pelín mas relajados y los horarios son mucho más flexibles así como las comidas y sueños.

Espero que mi experiencia os sirva a muchas mamis a no sentir que estáis solas en la crianza de vuestros hijos, que os de ideas de como organizaros mejor y llegar a más y que es os de fuerza y vitalidad para lidiar con el día a día siendo madres.

Muy feliz cuidado de vuestros peques en el día a día!

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